viernes, 22 de noviembre de 2013

Chicas, monstruos y aventura.

Chicas, monstruos y aventura, son mis ingredientes favoritos a la hora de crear mis historias, unos elementos muy atractivos para un lector ávido de emociones intensas.

Las chicas suelen ser mis protagonistas. Creo que una protagonista femenina hace que un relato sea más interesante. Es una idea que tomé de la abundante producción de ánime y manga japones, donde no es raro encontrar a una chica como protagonista.
Pero si estas historias tienen a mujeres por protagonistas, se deben a un razonamiento bastante contradictorio, porque el protagonista de un manga tiene que ser alguien imperfecto, con debilidades, para que se le vea más glorioso a la hora de superar sus retos. Significa que en japón, si eres mujer, lo tienes todo más difícil, y de aquí, el auge de la protagonista femenina en la masiva producción de manga.
No obstante, si apuesto por una protagonista femenina, es porque será más interesante para el lector. Para los lectores masculinos, les será muy estimulante seguir los pasos de una mujer atractiva, y que además, sabe pelear, disparar, conducir vehículos... Y para las lectoras femeninas, verán a una persona admirable, que no se arruga ante nada, y que siempre sale adelante, por muy feas que se pongan las cosas.

Los monstruos suelen ser mis antagonistas, los que le hacen la vida imposible a la protagonista. Porque lo cierto es, que como son muy feos, hacen demasiado bien de malos malotes.
Son seres despiadados, que suelen atacar sin ningún motivo aparente, persiguen, acechan, matan. Y en definitiva, despiertan el deseo de aniquilar del lector, que no parará de leer hasta que se lleven su merecido castigo.
Sin embargo, también me gusta colocar monstruos buenos, que ayudan y tratan bien a la protagonista, lo que a la larga, hará que se obligue a pensar y observar, para dilucidar cuáles son los monstruos buenos, y cuáles los monstruos malos.
Pero el peor antagonista de todos, suele ser alguien de aspecto amable, nada monstruoso, que en el momento más inesperado, da un golpe a traición que pone las cosas muy feas
Y es que el peor villano, es aquel que usa la mente contra el héroe, y que nunca se le ve venir hasta que es demasiado tarde...

Y finalmente, tengo la aventura, que une los dos elementos anteriores y crea la historia. Y una de las razones por las que adoro el género de ciencia ficción, es porque pueden hacer que la aventura carezca de límites, que los personajes puedan moverse por lugares exóticos, inhóspitos o espectaculares. El único límite, es mi imaginación.
No obstante, en este punto, hay veces que tengo que frenarme. El lector tiene que ser capaz de identificar los distintos escenarios y artilugios, o por lo menos, familiarizarse con ellos a lo largo de la lectura. Entonces, he de recurrir a recursos varios, como despojar a la protagonista de memoria, o que sea muy joven, para que vaya aprendiendo o descubriendo, en compañía del lector, mundos de maravillas increíbles.

Y básicamente, con estos tres elementos, se escribe una novela como "La Asesina Escarlata".

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